miércoles, 26 de octubre de 2016

The Wire. 3ª temporada. Capitulo 11. “Terreno medio”



Baltimore. Exterior de noche. Callejuela. Omar va caminando tranquilamente bajo un poco de lluvia. Silbando. Lleva una bolsa al hombro. Le sigue Brother Mouzone


  • B.M: “Quieto ahí. Tira la bolsa y gira lentamente"
  • Omar: "Es que vas a robarme? No sabes quien soy?"
  • B.M.: "Omar, no? Sácala lentamente y luego tírala".
  • Omar: "Lo haré lentamente pero no voy a tirar nada… “pajarita”.
  • Omar: "Lo que vayas a hacer que sea rápido".  "Sabía que volverías".
  • B.M.: “Espero que no te haya quitado el sueño”
  • Omar: “Eso sería como preguntarme si va a salir el sol. No me preocupa. ¿Cómo me has encontrado?
  • B.M.: “Tu chico. No fue fácil su entrega".
  • Omar: "No corre azúcar por sus venas. Lo has matado?"
  • B.M.: “Esta descansando”. “Veo que te gustan las 45”.
  • Omar: Hoy si. Y además está cargada, por si quieres saberlo. La tuya también es bonita
  • B.M.: Walter. PPK 380. Doble acción" 
  • Omar: “Tengo entendido que las Walter repican”
  • B.M.; “Como harás tú con una en el coco”.
  • Omar: "Esa arma no tiene fuerza para inutilizar. Por cierto, no me impedirá vaciar el cargador."
  • B.M.: “Podrías no acertar”
  • Omar: "A esta distancia? Con este calibre? Nunca podría fallar".
  • B.M.: “Admiro a los hombres con autoestima”.
  • Omar: “No veo sudor en tus cejas “hermano””
  • B.M.: “Podríamos quedarnos aquí toda la noche”
  • Omar. “Podría ser”. O podríamos arreglarlo de una vez.
  • B.M.: “Quiero preguntarte algo “hermano””
  • Omar: “Omar escucha”.

¿Hace falta decir algo más?


miércoles, 19 de octubre de 2016

"Diablos de polvo" de Roger Smith


Reza en el fajín que acompaña la novela; "En Sudáfrica, donde una mujer tiene más probabilidades de ser violada que de aprender a leer......".

Llego a esta novela a través del Club de Lectura de Negra y Criminal. A pesar de que es un tema que no me interesa a priori (Sudáfrica, los señores de la guerra, las tribus, el apartheid), tengo que reconocer que me ha gustado. Y me ha gustado mucho, quizás precisamente, porque no me esperaba nada.

A partir de una infidelidad matrimonial, una mujer es asesinada. Su esposo inicia una investigación y una carrera a través del territorio sudáfricano, ayudado por su padre, para encontrar a los culpables y hacer justicia.

Es una novela dura, terrorífica porque es real, porque cada cosa que te explica sabes que es verdad, que no es la imaginación del autor la que nos está llevando a la espiral de violencia e injusticia que se reflejan en ella, la naturalidad con la que explica el horror de las vidas de los personajes, la fatalidad, la corrupción en grado extremo, todos estos elementos hacen que más que una novela, sea un retrato de la realidad sudafricana.

Todo y con eso, no es una novela crítica. Simplemente relata la realidad, las heridas existentes que ya ves que tendrán que pasar varias generaciones antes de se cierren la heridas causadas tanto por el apartheid como las provocadas por los señores de la guerra.

Podemos ver la transformación de los personajes. Como cambian sus prioridades, como cambian sus objetivos, sus convicciones. Todo ellos llevados por la violencia, la venganza, la injusticia.

No es una novela fácil. En muchas ocasiones me ha recordado un western, y en otras una road movie.

Consejo: Léela. No te arrepentirás.