martes, 15 de septiembre de 2015

"Tarde, mal y nunca"

“Tarde, mal y nunca”. Carlos Zanón 2009. Ha caido en mis manos en la colección de El País de este verano. He de decir que la esperaba con gran ilusión.

No puedo ser objetiva: me encanta Zanón. Desde que hace dos años, unos amigos alicantinos y valencianos, que vienen cada año a la BCNegra me recomendaron a este autor, he quedado totalmente atrapada por el universo “zanoniano”. Realmente se encuentra muy lejos de lo que es mi ideal de novela negra: crimen, policia investiga, policía encuentra el culpable. ¿Por qué entonces mi gusto por Zanón? En sus novelas, tanto ésta, como las estupendas “No llames a casa” y “Yo fui Johnny Tunders”, sus personajes, sus escenarios y sus argumentos te revuelven las tripas.

Los policías son meros actores que casi no participan en la trama, y si lo hacen, es tangencialmente. Sus protagonistas son perdedores, gente de barrio, normal, con ilusiones, que aman y con deseo de ser amados, gente que ha llegado a la delincuencia como consecuencia de las circunstancias. Gente con la que tienes o has tenido cosas en común, y por eso, sientes una empatía involuntaria hacia ellos, y aunque te horrorizas de las cosas que pueden llegar a hacer, hay un momento que los comprendes. Aquí es donde está la grandeza de Zanón. En hacernos comprender la depravación y la miseria tanto económica como moral que lleva a sus personajes a cometer unos delitos a los que parecen estar abocados.


Me es difícil recomendar alguna de sus novelas: cualquiera de ellas es buenísima, y no te dejará indiferente.
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario